Las enfermedades en gatos pueden ser muy variadas y complejas. Además, los mininos muchas veces no son tan expresivos cuando se sienten mal, por lo que es importante identificar cambios en sus hábitos y estar atentos a los signos que puedan presentar, así como cambios de hábitos repentinos (como evacuar fuera de su arenero). Si quieres saber más sobre sus enfermedades, cómo detectarlas a tiempo y qué medidas preventivas puedes tomar, sigue leyendo.
Principales enfermedades que afectan a los gatos
Los gatos, como cualquier ser vivo, pueden enfrentar diversas enfermedades. Desde afecciones frecuentes como afecciones respiratorias e infecciones parasitarias, hasta condiciones más complejas. Algunas de las enfermedades más comunes en gatos son:
Diabetes felina
Aparece con mayor frecuencia en gatos con sobrepeso o de edad avanzada. Es similar a la diabetes en humanos, dado que el organismo no puede regular correctamente el nivel de azúcar en la sangre.
¿Cómo identificar si tu gato tiene esta enfermedad? Por medio de las cuatro “p” de la diabetes mellitus:
- Poliuria o tomar mucha agua.
- Polidipsia u orinar mucho.
- Polifagia, es decir, comer mucho.
- Pérdida de peso.
También se pueden observar signos como infecciones de vías urinarias (esto se puede observar mayormente cuando tienen dificultad al orinar) y piel recurrentes, pelo en mal estado y apoyo de los miembros pélvicos como si fueran conejos.
Es importante que se realicen pruebas de laboratorio para llevar a cabo un diagnóstico e iniciar un tratamiento de forma adecuada y rápida.
Virus de Leucemia Felina (FeLV)
El Virus de la Leucemia Felina (FeLV, por sus siglas en inglés) se transmite entre gatos a través de sus fluidos corporales, como la saliva, sangre y orina. Comúnmente, pasa de la madre a los gatitos o mediante el contacto directo con un gato infectado.
Actividades como el acicalamiento mutuo, las peleas y el uso compartido de la caja de arena o los platos de comida son formas comunes de transmisión entre gatos. Los felinos con mayor riesgo de contraer esta enfermedad son aquellos que salen de casa, ya que pueden encontrarse con animales callejeros infectados; así como gatos con sistemas inmunológicos inmaduros, como los gatitos.
Aunque algunos gatos logran recuperarse por completo, la mayoría desarrolla una infección persistente que provoca anemia y suprime el sistema inmune. Esto hace a los gatos susceptibles a otras enfermedades, y puede desencadenar problemas graves, como cáncer, enfermedades renales, trastornos de la médula ósea, o incluso la muerte.
Muchos gatos adultos infectados por el virus de leucemia felina no muestran signos hasta que la enfermedad se encuentra en etapas avanzadas. Cuando los síntomas aparecen, pueden ser muy variables, desde pérdida de peso hasta problemas gastrointestinales, respiratorios o neurológicos.
La salud de un gato infectado se deteriora gradualmente, por lo que puede sufrir de infecciones repetidas causadas por otros gérmenes debido a un sistema inmune debilitado. Otros signos pueden incluir fiebre, pérdida de peso y disminución del nivel de actividad y del apetito.
Para su diagnóstico, se requiere un examen de sangre, y aunque no existe cura para la enfermedad, la atención veterinaria regular y la detección temprana pueden ayudar a prolongar la vida y calidad del gato infectado.
La forma más eficaz de prevenir la infección por el virus de leucemia felina es evitar la exposición. Lo ideal es mantener a tu mascota en el interior del hogar, alejada de gatos que puedan estar infectados. También es recomendable lavarse las manos al llegar a casa, especialmente si se ha estado en contacto con otro felino cuya salud desconocemos. Esto incluye situaciones como acariciar a un gato en la calle, ya sea un gato sin hogar o uno que pertenezca a personas desconocidas.
Los gatos a los que se les permite estar en exterior deben ser analizados anualmente, y se recomienda realizar pruebas antes de la integración a casa de cualquier nuevo miembro felino a la familia.
Existe una vacuna contra el virus de leucemia felina; su aplicación en los gatos pequeños es recomendable debido a que son muy susceptibles a la infección, mientras que en los gatos adultos dependerá de su riesgo de exposición al virus, por lo que es ideal consultar al veterinario para discutir si la vacunación es apropiada.
Virus de la Inmunodeficiencia Felina (VIF)
El sida felino, causado por el Virus de la Inmunodeficiencia Felina (VIF), es una enfermedad que afecta el sistema inmunológico de los gatos, haciéndolos más vulnerables a otras infecciones. Aunque suena alarmante, no puede transmitirse a humanos ni a otras especies.
El VIF se transmite principalmente por peleas entre gatos, ya que pasa a través de mordeduras y arañazos profundos que permiten el contacto con la sangre o la saliva infectada.
Esta enfermedad puede pasar desapercibida durante mucho tiempo, porque los síntomas tardan años en aparecer y pueden variar de un gato a otro. Cuando lo hacen, los signos pueden incluir pérdida de peso, fiebre persistente, vómitos, diarrea y problemas en la piel o las vías respiratorias.
Además, los gatos infectados son más propensos a sufrir infecciones recurrentes, ya que su sistema inmunológico está debilitado.
Con los cuidados adecuados, una buena dieta y visitas regulares al veterinario, muchos gatos infectados pueden llevar una vida larga y feliz. La clave está en mantenerlos en un ambiente seguro, reducir su exposición a otros gatos y estar atentos a cualquier cambio en su salud, así como el lavado de manos al llegar a casa antes de apapacharlos.
Obesidad y sobrepeso
El sobrepeso y la obesidad son problemas bastante comunes en los gatos que viven totalmente en familia. Estos kilos de más afectan principalmente las articulaciones de las patas delanteras, traseras y la columna, acelerando el desgaste y causando dolores muy fuertes debido a la artritis.
En un felino adulto, un kilo de sobrepeso equivale a entre 10 y 15 kilos en un ser humano.
Los gatos con sobrepeso también suelen tener problemas para respirar, lo que puede hacer que ronquen al dormir. Otro riesgo importante es el hígado graso, una condición más frecuente en gatos que en perros, ya que el hígado se sobrecarga, lo que pone en peligro la salud de tu compañero peludo.
Para saber si tu gato está en su peso ideal, lo primero es pesarlo para llevar un registro. Luego, toca suavemente su tórax: deberías sentir las costillas sin necesidad de presionar mucho. Al mirarlo desde arriba, debería notarse una ligera cintura, y al tocar la pelvis (huesos de las caderas) y la espalda, también deberías sentirlas levemente.
Existen dos formas de clasificar la condición corporal. Una va del 1 al 5:
- 1 es un gato muy flaco, prácticamente piel pegada a los huesos del cuerpo.
- 2 es un poco por debajo del peso ideal (10-20% menos).
- 3 es una condición corporal saludable.
- 4 es sobrepeso.
- 5 es obesidad.
La otra escala es más detallada y va del 1 al 9:
- Entre 4 y 5 es una condición corporal ideal.
- Cada número del 6 al 9 representa un 10% más del peso ideal (por ejemplo, 6 es un 10% más, 7 un 20%, y así hasta el 9, que ya es obesidad severa con un 40% más).
Síntomas comunes y cuándo preocuparse
Los gatos pueden presentar una gran variedad de signos cuando están enfermos; algunos pueden ser leves y transitorios, otros requieren atención veterinaria inmediata.
Ten presente que debes estar monitoreando el comportamiento de tu compañero de cuatro patas y estar alerta ante alguno de estos síntomas:
- Pérdida de apetito o peso. Un gato que deja de comer por más de un día puede estar enfrentando problemas como infecciones, dolor o enfermedades crónicas.
- Vómitos y diarrea. Aunque ocasionales pueden no ser graves, si son frecuentes, contienen sangre o se acompañan de otros síntomas, son motivo de preocupación.
- Letargo o debilidad. Cambios en los niveles de energía, como dormir mucho más de lo habitual o no responder a estímulos, podrían señalar enfermedades graves.
- Estornudos frecuentes o secreción nasal y ocular. Pueden ser signos de infecciones respiratorias o alergias.
- Dificultad para respirar. Cualquier jadeo, respiración ruidosa o esfuerzo al respirar requiere atención inmediata.
- Aseo excesivo o descuido del pelaje. Puede ser un signo de dolor, estrés o enfermedades dermatológicas.
- Cambios en hábitos de eliminación. Orinar fuera del arenero, dificultad para orinar o sangre en la orina pueden ser señales de problemas urinarios o infecciones.
Si los síntomas persisten más de 24 o 48 horas, empeoran rápidamente o incluyen signos graves como dificultad para respirar, convulsiones, hemorragias, parálisis o desmayos, es esencial buscar atención veterinaria de inmediato. Además, cualquier cambio drástico en el comportamiento o la salud de un gato siempre debe ser evaluado, ya que los felinos tienden a ocultar el dolor o la enfermedad hasta que están muy avanzados.
Prevención de enfermedades mediante vacunación y cuidados
Un cuidado preventivo adecuado inicia implementando una serie de prácticas esenciales que aseguren la salud y el bienestar de tu mascota:
1. Nutrición en gatos
La base para el bienestar y prevención de enfermedades es proporcionar una dieta sana, completa y balanceada, que cubra los niveles adecuados de energía y nutrientes.
Es fundamental ofrecer alimentos ricos en proteínas y aminoácidos de la más alta calidad, como los contenidos en los alimentos premium para mascotas. Además, la alimentación debe adecuarse a su edad y estilo de vida.
Por ejemplo, un gatito requiere una dieta rica en calorías y minerales debido a que su estilo de vida es más activo, y también para mantener sanos sus músculos y huesos durante la etapa de crecimiento; mientras que un gato adulto requiere una cantidad adecuada de calorías para mantener un peso corporal sano, así como nutrientes que favorezcan un envejecimiento óptimo.
La recomendación del alimento específico a sus necesidades nutricionales, así como las raciones adecuadas, las determina el médico veterinario. Si no sabes qué alimento es el mejor o cuánto darle de comer a tu felino, puedes acercarte al Hospital Veterinario UNAM-Banfield.
2. El cuadro de vacunación
La vacunación protege a tu gato contra muchas enfermedades virales, incluyendo las infecciones causadas por el virus de la leucemia felina y el virus del herpes. Estos agentes infecciosos pueden provocar desde síntomas leves hasta enfermedades graves. Es importante proteger a tu mascota mediante vacunas desde temprana edad, y recibir refuerzos durante su vida adulta, como lo indica su calendario de vacunación.
3. Control de parásitos
Muchos gatitos nacen con parásitos que se adhieren a la mucosa intestinal y que pueden causar diarreas dolorosas o condiciones que ponen en riesgo su vida.
Los parásitos intestinales compiten por los nutrientes y pueden impedir el crecimiento adecuado de tu mascota. Algunos tipos de parásitos pueden transmitirse a los humanos.
En el hospital veterinario, con ayuda de un microscopio, es posible detectar huevecillos de parásitos mediante un análisis de heces, y recomendar la administración de medicamentos antiparasitarios en el momento adecuado.
De hecho, todos los gatitos deben ser desparasitados de manera rutinaria para evitar las infecciones por parásitos intestinales.
Por ejemplo, Giardia es un parásito microscópico que puede causar inflamación intestinal severa. Si tu mascota está infectada, puede presentar diarrea, pérdida de peso, depresión, disminución del apetito o vómitos. Sin tratamiento, el gato puede debilitarse y ser más susceptible a otras infecciones. Además, la infección por Giardia puede transmitirse a los humanos, lo que también representa un riesgo para tu salud.
El médico veterinario también puede ayudar en el control de plagas externas que pueden infestar a tu mascota, como pulgas, garrapatas, piojos y ácaros.
4. Esterilización y castración
Como guardián y voz de tu mascota, tienes que tomar muchas decisiones importantes respecto a sus cuidados preventivos de salud. Una de ellas es decidir si se lleva a cabo la esterilización o castración de tu minino. Realizar este procedimiento quirúrgico durante las etapas tempranas de la vida de tu felino ayudará a prevenir problemas futuros, como infecciones uterinas, peleas entre gatos, salidas de casa, marcaje y sobrepoblación.
La esterilización (técnicamente conocida como ovariohisterectomía) y la castración (orquiectomía) son procedimientos quirúrgicos rutinarios que, aunque generalmente son seguros, requieren anestesia general y hospitalización por 24 horas. Se llevan a cabo cuando la mascota tiene entre cuatro y seis meses de edad.
5. Exámenes médicos de rutina
Piense en la atención médica que recibimos de manera regular a lo largo de nuestra vida: pediatras, dentistas, médicos generales o especialistas. ¿Por qué conformarse con una atención menor para su mascota?
Ahora considera que las mascotas envejecen siete años en promedio por cada año humano, por lo que queda claro por qué es tan importante un cuidado regular de su salud.
Se recomienda programar mínimo dos citas médicas al año para evaluar la salud de tu mascota, de esta forma la mantienes al día en todos los aspectos, lo que le dará a tu gato la mejor oportunidad para tener una vida larga y feliz.
Tratamientos veterinarios para las enfermedades felinas
Los tratamientos veterinarios para enfermedades felinas varían según la condición específica. Por ejemplo, para enfermedades infecciosas se utilizan cuidados de soporte, antibióticos y manejo de infecciones secundarias.
En el caso de enfermedades parasitarias como la toxoplasmosis o los parásitos intestinales, se recetan medicamentos específicos para eliminar al parásito.
Por otro lado, las enfermedades crónicas como la insuficiencia renal, la diabetes o el hipertiroidismo requieren tratamientos continuos, que incluyen dietas especializadas, medicamentos y, en algunos casos, procedimientos avanzados como la terapia con yodo radiactivo.
La clave para un tratamiento exitoso es acudir al veterinario al detectar los primeros síntomas, ya que un diagnóstico temprano mejora significativamente las posibilidades de recuperación.
Si quieres mantener la salud de tu compañero felino en óptimas condiciones, acércate al Hospital Veterinario UNAM-Banfield. Nuestros médicos veterinarios estarán encantados de revisar la situación particular de tu mascota y darte la orientación que necesitas.