Al igual que en medicina humana, en los últimos años también se han obtenido grandes avances en medicina veterinaria. Uno de estos es la endoscopía; un procedimiento que permite explorar el interior del paciente mediante una sonda flexible con una pequeña cámara en su extremo, conocida como endoscopio.
El endoscopio puede introducirse a través de una abertura natural del cuerpo o mediante una pequeña incisión realizada por el médico veterinario.
Además, se le pueden añadir instrumentos que permiten tomar muestras de tejido o realizar procedimientos de mínima invasión, evitando la necesidad de hospitalización.
¿Cuándo hacer una endoscopía a tu mascota?
La endoscopía se recomienda para dos momentos en específico:
- Para el diagnóstico. El objetivo es detectar signos digestivos como vómitos, náuseas, hemorragia (sangrados) o dolor abdominal, lesiones en aparato respiratorio, entre otros.
Además, facilita la toma de biopsias, para la detección oportuna de enfermedades y trastornos que pueden causar hemorragia, anemia o cáncer del sistema digestivo, respiratorio o reproductor, entre otros. - En el tratamiento. Permite resolver problemas del sistema digestivo, respiratorio o reproductor, como la extirpación de pólipos, extracción de objetos extraños o cauterización de úlceras.
¿Qué se revisa en una endoscopía veterinaria?
La endoscopía permite trabajar en zonas específicas de los pacientes tales como:
- Sistema respiratorio. Permite la visualización en vías respiratorias altas y bajas. Es útil para detectar lesiones en cavidad nasal, laringe, tráquea y bronquios; así como realizar diagnósticos (citologías y biopsias), y tratar la presencia de cuerpos extraños en vías aéreas posteriores (tráquea y bronquios).
- Sistema reproductor. Se realiza en caso de sospecha de enfermedades del vestíbulo vaginal.
- Sistema gastrointestinal. Mediante la observación directa de los órganos y la obtención de imágenes en alta resolución, permite la detección de lesiones en el tubo digestivo, lo que se traduce en un diagnóstico más preciso. La endoscopía gastrointestinal se divide en dos zonas:
- Tubo digestivo alto. Para examinar el esófago, estómago e intestino delgado.
- Colonoscopía o endoscopía de tubo digestivo bajo. Para examinar internamente el colon (intestino grueso) y el recto.
¿Cómo debes preparar a tu mascota?
Lo primero es programar el procedimiento, porque tu mascota debe ir en ayuno de alimentos y líquidos. Para casi todos los procedimientos, el ayuno debe ser de ocho horas, pero en el caso de la colonoscopía se necesita una preparación especial del paciente, con 72 horas de anticipación.
Se considera una urgencia, cuando se trata de la ingestión de un cuerpo extraño, es importante no ofrecerles comida, leche, ni inducir el vómito, ante cualquier duda hay que recurrir inmediatamente con un médico veterinario.
Durante el procedimiento
Pese a que la endoscopía es muy bien tolerada por los pacientes caninos y felinos, debido a que se realiza bajo anestesia general, estos deberán permanecer hospitalizados hasta su completa recuperación.
Después del procedimiento
De manera general se realizará una consulta posterior al procedimiento para revisar la evolución del paciente, la entrega de resultados de laboratorio y el establecimiento de un futuro plan de manejo
De lo que se trata es de apoyar en el diagnóstico y tratamiento de problemas que puedan estar afectando la salud de tu mascota.
La endoscopía veterinaria es uno de los procedimientos especializados con los que contamos en el Hospital Veterinario UNAM-Banfield, que ayudan a nuestros queridos pacientes a disfrutar de una vida más prolongada, sana y feliz.
Si quieres saber más sobre esta u otra de nuestras especialidades, durante la consulta de tu mascota, pregunta a nuestros médicos especialistas, ellos con gusto te ayudarán.
Recuerda que en el Hospital Veterinario UNAM-Banfield contamos con casi 20 años de experiencia, equipo de diagnóstico con tecnología de punta y médicos veterinarios calificados para la atención de tu mascota.