Ver a tu perro convulsionar puede ser aterrador, especialmente si es la primera vez. Una convulsión es un episodio repentino causado por una actividad eléctrica anormal en el cerebro, que provoca movimientos involuntarios, rigidez muscular o incluso pérdida de conciencia.
Puede durar desde unos segundos hasta varios minutos, y presentarse con diferentes niveles de intensidad y frecuencia, dependiendo de la causa.
Tipos de convulsiones en perros
Las convulsiones se clasifican principalmente en dos tipos, según cómo se manifiesten:
- Convulsiones focales o localizadas: Afectan solo una parte del cuerpo, como el rostro o una extremidad. Pueden incluir masticación repetitiva, “mordidas al aire”, intentos de morderse alguna parte del cuerpo o vocalizaciones excesivas.
- Convulsiones generalizadas: Aunque se originan en un punto del cerebro, se extienden por toda su superficie. Se caracterizan por pérdida de conciencia y movimientos repetitivos o rigidez muscular. Son más graves y pueden estar relacionadas con problemas metabólicos, infecciones, traumatismos o lesiones cerebrales.
Dentro de este tipo, el estado epiléptico (status epilepticus) es el más peligroso: se presentan convulsiones en serie sin permitir que el cuerpo se recupere entre una y otra. Esto agota rápidamente la energía del perro y representa un riesgo serio para su vida.
¿Qué puede causar las convulsiones en un perro?
Hay varios motivos por el que un perro puede llegar a tener convulsiones, las más comunes son:
- Epilepsia idiopática, que es la causa más frecuente, especialmente en perros jóvenes.
- Problemas metabólicos, como hipoglucemia, enfermedad hepática o desequilibrio de electrolitos.
- Enfermedades infecciosas o inflamatorias, como meningitis o moquillo canino.
- Intoxicaciones, por ejemplo, si consumió algún tipo de veneno, chocolate, medicamentos para humanos, entre otros.
- Golpes en la cabeza o tumores.
Antes, durante y después de una convulsión
Las convulsiones en perros se dividen en tres etapas principales, que ayudan a comprender el desarrollo del episodio y su impacto en tu mascota:
- Preictus o aura: Es la etapa previa a la convulsión. Puede durar desde minutos hasta algunas horas. Tu perro puede mostrarse inquieto, temeroso, buscar tu compañía o, por el contrario, aislarse. También es común la salivación excesiva o cambios repentinos de comportamiento.
- Ictus (la convulsión en sí): Aquí ocurren los movimientos involuntarios. Lo más frecuente es que el perro caiga al suelo y se agite como si intentara correr. Puede perder la conciencia. Esta fase dura segundos o pocos minutos.
- Posictus o fase de recuperación: Es el periodo posterior a la convulsión. El perro puede estar desorientado, tener hambre o sed excesiva, orinar o defecar involuntariamente, mostrar sensibilidad a la luz o el sonido, e incluso perder temporalmente la visión o actuar de forma agresiva. Aunque estos síntomas son reversibles, pueden durar desde horas hasta varios días.
¿Qué hacer si tu mascota convulsiona?
Si es la primera vez que tu perro convulsiona, es normal no saber qué hacer. Aquí algunos consejos clave:
- Mantén la calma, tu tranquilidad es esencial para actuar correctamente.
- Retira objetos peligrosos del entorno para evitar que se lastime.
- No intentes abrirle la boca ni sacarle la lengua, ya que podrías lastimarte o lastimarlo.
- Evita tocarlo demasiado, aunque quieras consolarlo, durante la convulsión o justo después puede reaccionar de forma agresiva sin querer.
- Idealmente, intenta grabar el episodio con tu celular, anota lo que observaste: cuánto duró, cómo se comportó, qué partes del cuerpo se movieron. Esta información es muy útil para el veterinario.
- Llama a tu veterinario de inmediato, especialmente si el episodio se prolonga o se repite.
Después de las convulsiones, lo mejor es tratar de mantenerlo tranquilo y cómodo. Apaga las luces y minimiza el ruido, ya que un ambiente tranquilo lo ayudará a recuperarse. Durante ese tiempo ofrécele agua fresca, pero no alimento, porque podría vomitarlo.
Habla con voz suave y calmada, para que sepa que estás ahí, pero dale tiempo y espacio hasta que se sienta mejor.
¿Cómo tratar las convulsiones en tu perro?
El tratamiento depende de la causa. Si hay una enfermedad subyacente (renal, hepática, infecciosa), primero se trata ese problema. En muchos casos también se requiere un tratamiento anticonvulsivo a largo plazo.
Es muy importante que no automediques a tu perro con medicamentos humanos. Muchos pueden ser tóxicos para ellos.
El objetivo del tratamiento no siempre es eliminar por completo las convulsiones, sino reducir su frecuencia e intensidad. El proceso suele durar al menos tres años y requiere controles veterinarios cada cuatro meses.
Por último, recuerda que observar y registrar los detalles de las convulsiones (lleva una bitácora de sus episodios), como su duración, frecuencia y síntomas específicos, es fundamental para llegar a un diagnóstico preciso.
Con el tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos anticonvulsivos o la atención a una enfermedad subyacente, muchos perros pueden llevar una vida plena y saludable.
Ante cualquier signo de convulsión, es esencial buscar la orientación de un veterinario para proteger la salud de tu mascota y brindarle la mejor calidad de vida posible, acércate al Hospital Veterinario UNAM-Banfield si requieres mayor información para el diagnóstico y cuidados referentes a este tema.