Uno de los primeros aprendizajes que buscan la mayoría de los dueños al entrenar a su cachorro es enseñarle dónde debe hacer sus necesidades. Este comportamiento es fundamental para una convivencia armoniosa y para que el perro entienda su entorno y sus rutinas desde una edad temprana.
El método más apropiado, rápido y efectivo es el confinamiento parcial utilizando una transportadora. Considera que el tamaño ideal de la transportadora debe permitir a tu perro poder dar la vuelta cuando lo desee y estar de pie. Este método te ayudará incluso a evitar o prevenir que tu cachorro cometa las travesuras propias de su edad.
Comienza por acostumbrarlo gradualmente a su nuevo espacio por lapsos de una o dos horas adentro, seguidas de una afuera durante el día. Aunque llore o ladre, evita abrir la puerta para calmarlo, ya que aprenderá qué debe hacer para que lo liberen, es decir, lo premias por hacer más ruido. Considera que de inicio no debes encerrarlo toda la noche.
Los animales son limpios por naturaleza, no les gusta ensuciar el lugar donde duermen y el perro no es la excepción. Cada vez que a un perro se le cambia de ubicación o territorio, marcará orinando o defecando según lo requiera (orina es lo más común), por lo que siempre que los saques de su transportadora, llévalo invariablemente al lugar donde pretendes que sea su baño, ya sea dentro o fuera de casa.
Debes tomar en consideración que los perros generalmente van al baño inmediatamente al despertar de cada día o después de una pequeña siesta, después de comer y después de hacer ejercicio (también, como se mencionó anteriormente cuando los cambias de sitio o territorio).
Para formar un hábito sólido en tu cachorro, es fundamental ser constante y seguir una rutina estructurada:
Finalmente, ten presente que este método es muy efectivo, es temporal y no es cruel como algunos piensan, recuerda que a nosotros también nos encerraban en una cuna por nuestra seguridad cuando éramos bebés.